Scarlett

Ahí se sienta Scarlett... Cada día a las cinco en punto de la tarde. La hora precisa para ver el atardecer entre los monstruos de cemento que la encierran. Tiene una botella de Coca-Cola Zero en sus manos. 0 calorías. De lo contrario, tomaría agua mineral. Sólo bastan un par de tragos para que ya se sienta hastiada, pero ella decide continuar. Sino la termina, es casi seguro que llegará a casa a atracarse con galletas y té.

Ella está ahí sentada. Scarlett observa a Nina. Nina es la perra de Scarlett. A veces Scarlett siente que es su única amiga. Es la única que gorda o fea siempre la querrá. Scarlett siente celos de Nina a veces. Porqué Nina se ve más linda gorda que flaca. Cuando está flaca se le ven las costillas y la columna le trasluce bajo la piel con pelos blancos, parece un saco de huesitos abandonados.

Scarlett piensa sobre su vida. Sobre sí misma. Sobre personas que se niega a aceptar. Sobre los chicos que la gastan cada día, los que le hacen desear terminar el colegio y largarse a Francia de una vez por todas. Sobre su familia, sus padres, para ser específicos.

Piensa que desearía no haber nacido, y no haber arruinado sus vidas. Eso es lo que siente. Se siente sola. Nina le mira, y a Scarlett le parece que le está sonriendo. Tal vez sea ilusión suya, pero ella le sonríe de vuelta.

Scarlett mira su cuerpo, y siente repugnancia. Sólo se limpia la lágrima que se desliza escurridiza por su mejilla, toma otro trago de Coca-Cola Zero, y recuesta su atormentada cabeza sobre el hombro de Ana.

"Estaremos bien", dice Ana, para hacerla sentir mejor.

Scarlett sabe que antes de que eso suceda, todo se pondrá mal. Muy mal. Pero no se detendrá antes la adversidad. Tener una mierda cómo vida la ha hecho fuerte.

Scarlett sait qu'il est vissé ...