sábado, 3 de abril de 2010

¿Acaso te importa?

-Sí, acaso importa… Hazme sentir mejor. –susurré vencido, necesitado de consuelo, necesitado de ella…

Y besé sus labios rosados, insípidos y estrenados. Labios que habían sido besados demasiadas veces y por demasiadas personas… No podía robarles la pureza, no podía apropiarme de algo que pertenecía a todos…



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