-Sí, acaso importa… Hazme sentir mejor. –susurré vencido, necesitado de consuelo, necesitado de ella…
Y besé sus labios rosados, insípidos y estrenados. Labios que habían sido besados demasiadas veces y por demasiadas personas… No podía robarles la pureza, no podía apropiarme de algo que pertenecía a todos…
Y quiero esos huesitos en la cadera...
ResponderEliminarhermosos huesos... si... labios de dominio público
ResponderEliminarsaludos bella